
De haberlo hecho, hoy la evaluación de su trabajo no estaría dependiendo tanto de ese gol que Falcao se perdió debajo del arco, a favor, o de ese pelotazo que Rivarola estrelló en el palo, en contra. De haberlo hecho, no habría sido coherente con otra frase que dejó escuchar en aquellos difíciles momentos: "Para mí, son más importantes 27 que 1" . Entre los que se fueron -Carrizo, sobre todo- y los que no están -Buonanotte, nada menos-, a Simeone no le queda otra que confiar en lo que tiene y en los que vienen -en Salcedo, más que en nadie-. Cuenta con algo a favor: está convencido.