sábado, 29 de marzo de 2008

El primer Cholito



Gustavo Bou fue el primer debut en la era Simeone. El DT le dio un consejo paternal antes de su primera vez.

Ocurrió segundos antes de su debut, mientras esperaba el cambio, cuando se le acercó el hombre del traje negro y, con una enorme sonrisa entre los dientes, le dijo al oído. "Tranquilo, tranquilo. Está todo bien. ¿Tenés novia?". "Sí, sí". "Jugá bien. Mirá que te está mirando!".

Gustavo Bou no tuvo mucha acción en los minutos siguientes. Apenas tocó cinco veces la pelota. Igualmente, lo del domingo fue definitivamente lo mejor de su carrera. Ese diálogo breve con Diego Simeone, el beso que inmediatamente cruzó con Mauro Rosales al entrar a la cancha y el golpe de "mucha fuerza" de Falcao son algunas de las imágenes que le quedarán en el recuerdo. También la del dolor corporal de la gripe que se agarró el fin de semana y que todavía no pudo curar. "No creo que haya sido por los nervios. Me parece que fue porque desayuné y recién volví a comer a la nochecita, por el horario del partido", cuenta el pibe de 18 años, para quien el 23 de marzo será una fecha patria.

A Bou lo movilizaron otras razones y emociones que exceden el hecho deportivo. Su historia guarda la herida de la pérdida de su madre. "Fue hace dos años. Fue lo más triste. Cuando se enfermó, me pedía que no abandonara mi carrera. Tenía miedo de que dejara el fútbol por ir a visitarla, por cuidarla. Por eso lo siento como un regalo para ella, que soñaba con que yo pudiera jugar en la Primera de River", relata desde el dolor. Y también habla de algunos de sus nueve hermanos que el domingo lo vieron por televisión desde Concordia ("no podían venir porque ya habían estado en Buenos Aires la semana anterior, para el partido de Reserva contra Racing), y de los otros que estuvieron en Córdoba, y de su viejo José que fue hasta Paso de los Libres para llevarle flores a la mamá, y de su novia Marisol que apareció en el apoyo moral de Simeone.

Bou abrió la lista de debuts en la era Simeone. Es el primer Cholito. Su presente es un flash. Recién este año empezó a jugar en Reserva. Festejó cada uno de sus tres goles como si hubieran sido lo máximo. Pero de repente, el jueves, se enteró de que estaba concentrado para el partido ante Vélez. "Ahora hay que tratar de mantenerse, que es lo más difícil".

Nacido en la provincia entrerriana de Concordia, dio sus primeros pasos en el club Comunicaciones. Ahí se definió como delantero. Al llegar a River, en el 2005, entró en una suerte de metamorfosis. En la Octava lo hicieron jugar de enganche. En Séptima, este símil Lucho González rotó por varios puestos del mediocampo. En Sexta volvió a las fuentes. "Yo me siento delantero", confiesa, a pesar de que Sergio Batista lo hace jugar de cinco adelantado en el nuevo Sub 20. En River sí lo quieren bien arriba. El Tapón Gordillo lo puso de mediapunta en los primeros tres partidos de Reserva. Y Simeone también lo mandó al ataque. En realidad, en el club dicen que Bou juega de todo. En su caso es un elogio.

Cholo Simeone

Cholo Simeone

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