miércoles, 14 de noviembre de 2007
La apuesta que mejor funcionó
"El que más me gusta es el 4-4-2", afirmó Diego Simeone una semana atrás cuando se lo consultó por los diferentes esquemas que ha utilizado a lo largo del presente campeonato. Así, contrariamente a su predilección y lejos de atarse a un sistema, el Cholo buscó y probó una y mil maneras de parar a su equipo.
Al principio, el dibujo tendía a ser el clásico, aunque las lesiones lo fueron obligando a modificar y, fundamentalmente debido a su ambición por ganar, a dibujar formaciones cada vez más ofensivas.
En este sentido, el punto de quiebre se dio quizás a partir del empate en la Bombonera (antes, el entrenador albirrojo había dicho que las seis fechas que restaban para el final eran claves para dar vuelta una campaña hasta ese entonces "mala"). Allí, luego de sufrir la baja de Juan Sebastián Verón a último momento y en ese escenario siempre adverso, el Pincha se le plantó de igual a igual a Boca; lo sorprendió con un 4-3-3 y ese trío de ataque conformado por Salgueiro, Maggiolo y Piatti empezó a darle buenos resultados.
Dos semanas después de aquella igualdad ante el Xeneize, Estudiantes debía jugar el clásico platense. Y con el regreso de varios soldados, Simeone redobló la apuesta: no sólo mantuvo los tres delanteros, sino que también arriesgó con tres en el fondo, con Marcos Angeleri como último hombre.
Durante la previa al choque con Independiente la incógnita se instaló en City Bell: ¿se animará el Cholo a mantener este esquema como visitante y ante un grande que se jugaba las últimas fichas para pelearle a Lanús el título? El pasado domingo el DT pincha despejó las dudas, volvió a arriesgar (con Verón a veces más suelto) y el resultado otra vez fue positivo.