viernes, 2 de mayo de 2014

Simeone escala imparable en el ranking de entrenadores

Mientras las críticas arrecian sobre los estilos opuestos de entender el fútbol de Josep Guardiola y José Mourinho, el prestigio como técnico de Diego Simeone florece gracias a la mezcla de practicidad y pasión de su trabajo en el Atlético de Madrid. "Diego Simeone le da una lección a José Mourinho", tituló hoy el diario británico "Daily Mail" su crónica de la victoria atlética por 3-1 ante el Chelsea en la vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones. Guardiola y Mourinho se quedaron fuera de la Champions en semifinales, mientras que Simeone, con un fútbol cercano al del portugués pero sin fanatismo, se metió en la gran final de Lisboa, donde se enfrentará al Real Madrid. "Yo soy muy respetuoso con el fútbol en general y creo que hay diferentes maneras de ganar un partido. Cada uno elige en función del equipo y del lugar", dijo Simeone en la previa del duelo, cuando las críticas llovian sobre el estilo ultradefensivo de su rival. "El fútbol es muy cambiante y nadie tiene la verdad. Por consiguiente no me ato a ninguna forma y respeto cualquier situación que plantee el rival. Por eso es bonito este juego. Si todos jugáramos igual sería aburrido", añadió. Simeone es como técnico un reflejo de lo que era como jugador: aguerrido y técnico, pasional y controlado, violento y sincero. En su fútbol, las contradicciones encuentran un lugar común para definir un estilo práctico, eficiente y determinado. "Es un loco del fútbol", lo definió el brasileño Filipe Luis, mientras que el diario "The Telegraph" aseguró hoy que su agitación en el área técnica "hizo parecer a su contraparte en el Chelsea el Dalai Lama". Simeone escruta cada movimiento de sus jugadores. Un metro fuera de la posición es motivo de reprimenda. Indica incluso cómo debe colocarse una barrera. Su control es total. El abrazo que Diego Costa le dio tras marcar de penal y cruzar el campo de lado a lado es algo más que una muestra de afecto. Es el símbolo de la fe que sus hombres tienen en argentino, arquitecto de un Atlético de Madrid que parecía olvidado. Muy cerca del sueño Pocos fans del club español soñaban con lo que el miércoles logró su equipo cuando el técnico fichó el 23 de diciembre de 2011. Entonces, jugar una final de la Liga de Campeones era, más que una quimera, un delirio. Pero en dos años y medio, el argentino revirtió el estigma perdedor del equipo para devolverle su mayor esplendor, el que le llevó, con él como jugador, a lograr el doblete de Liga y Copa españolas en 1996, y el que hace 40 años le permitió a los rojiblancos jugar por primera y única vez la final de la Copa de Europa. Entonces, el equipo estaba liderado por otro mito del club, Luis Aragonés, cuya memoria se recordó el miércoles en las gradas de Stamford Bridge. En aquel lejano 1974, el Atlético acarició el título durante seis minutos, los que pasaron entre el gol de Aragonés en el minuto 114 y el empate de Georg Schwarzenbeck, que llevó la definición de aquella final a un partido de repetición que el Bayern Múnich ganó dos días más tarde por 4-0. Aragonés se convirtió poco después en entrenador del equipo y lo condujo al título de Liga en 1977, el último logrado por los rojiblancos antes del "doblete" de 1996. Simeone tiene ahora a dos victorias el campeonato español, pero además podría levantar el trofeo de la Champions League, lo que lo elevaría definitivamente a los altares de un club resignado a vivir a la sombra del Real Madrid, precisamente el rival que le espera el 24 de mayo en la final de Lisboa.

Cholo Simeone

Cholo Simeone

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