miércoles, 30 de abril de 2008

¿Un duelo de candidatos a dirigir la Selección?



El choque argentino de la Copa enfrentará, además, a dos técnicos que tranquilamente podrían ocupar el cargo de Alfio Basile. Ramón Díaz vs Diego Simeone, dos estilos diferentes con un objetivo común al final del camino.

Días atrás, Ramón Díaz se preguntaba "qué más" tenía "que hacer" para que le ofrecieran el puesto de entrenador de la Selección Argentina, en lo que se podría leer como una actitud poco generosa para con Alfio Basile, el actual capitán del barco albiceleste.

"Me gustaría dirigir a la Selección, porque sabemos el potencial y la calidad de jóvenes que tiene la Argentina. Pero se necesita tiempo, tranquilidad, trabajo... Sé que en el día a día tengo que seguir demostrando. Esperemos que en un futuro nos tengan en cuenta", se explayaba El Pelado, asociado a un modelo de juego más "lírico" que el de su rival de hoy.

Los méritos cosechados en River hace una década y los laureles obtenidos en San Lorenzo -un título local y un buen presente tanto en la Copa como en el Clausura-, además de la imagen positiva que goza en el ambiente del fútbol, lo posicionan como uno de los futuros candidatos al banco más deseado.
A Basile, hombre poco amigo de los cuestionamientos y de las comparaciones, no le debe causar gracia tener competencia en pleno proceso. "No comments", sería seguramente su respuesta ante una consulta sobre el caso.

Y quizá sea exagerado decir que el riojano se juega hoy su prestigio, pero nadie duda en que sí arriesga gran parte de su futuro. Una eliminación podría empezar a calmar la efervescencia de los hinchas cuervos que lo adoptaron como ídolo; un triunfo contra el equipo de sus amores, en cambio, lo pondría en la cresta de la ola.

Algo parecido le sucede a Diego Simeone, con bastante menos experiencia a la hora de vestir de traje, pero con mucho vestuario y, hasta el momento, buen currículum. Siempre "con el cuchillo entre los dientes," El Cholo arrancó su vertiginosa carrera como técnico un día que Racing se quedó sin conductor y él cambió pantalones cortos por largos como dándole un pelotazo a una enorme carrera de futbolista.

En Avellaneda dejó una buena imagen, pero su ascenso recibió el impulso necesario para ganar el respeto general cuando consiguió con Estudiantes el título del torneo Apertura 2006. Sin miedo a los cambios, el ex capitán de la Selección redobló la apuesta: pese a que con el club platense tenía asegurada la participación en la Copa Libertadores, agarró el fierro caliente de River y, al día de la fecha, tiene más motivos para sonreír que preocupaciones.

¿Destino final? Aunque él ni lo mencione, es imposible que a un ex líder de la Selección no se lo postule en algún momento para dirigir al representativo mayor del país. De hecho ya sucedió, cuando hace meses se rumoreó que Basile dejaría el cargo y lo reemplazaría El Cholo.

Se sabe que el fútbol vive de los éxitos del momento y entonces una frustración en la Copa tal vez lo mande sin discusiones a la vereda de los "perdedores". Pero, ¿quién puede imaginar la proyección de Simeone si consiguiera darle a River su tercera Libertadores? "Hasta la Selección no para", se entusiasmarían algunos. Otros, más verborrágicos, exigirían "Cholo 2010".

Esto es apenas una regla virtual para medir probabilidades, pero está claro que ni fracaso ni éxito al final lo explican todo. De hecho, Carlos Bianchi fue cuatro veces campeón de América (una con Vélez y tres con Boca) y nunca llegó a la Selección. Sin ir más lejos, a Basile le alcanzó con un buen año en la Ribera para ganarse una segunda oportunidad en la Mayor. Pero nunca levantó la Libertadores, esa bella dama que desde hoy puede comenzar a definir el destino de dos hombres.

Cholo Simeone

Cholo Simeone

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