Diego Pablo Simeone no quiere hablar de plazos y hasta elogia a Javier Aguirre, pero sabe que su destino y el del Atleti volverán a cruzarse. Mientras da sus primeros pasos como entrenador de River después de su etapa exitosa en Estudiantes, el 'Cholo' analiza su presente, el del Atlético, el de la selección argentina y muchos otros asuntos más en esta entrevista exclusiva con MD.
¿Cómo ve hoy al Atlético?
Lo veo bien. Con un gran plantel y un gran entrenador. Esperemos que se logren los objetivos que todos los que queremos al Atlético deseamos.
Ya es hora, ¿no?
Bueno, puede ser. Se está buscando desde hace rato y se viene negando por una cosa u otra. Ojalá ahora se pueda dar.
El entorno del Atlético, la afición, la prensa, los dirigentes, etc. asegura que su llegada allí como entrenador es sólo cuestión de tiempo…
Siempre lo dije: no sé cuándo, pero en algún momento dirigiré al Atlético de Madrid, de eso no tengo dudas. Con esto no quiero decir más que eso. Hoy estoy pensando solamente en River, porque sería una falta de respeto no tomarlo así, y además el Atlético tiene un gran entrenador.
¿Puede ser River Plate su último paso antes del salto a Europa?
No pienso en eso, no pienso (repite, algo enojado). Pienso en hacer las cosas bien en River, nada más.
Pero sigue mirando a Europa con buenos ojos, ¿o no?
Pienso hoy en River; no puedo permitirme pensar en otra cosa porque River demanda mucho.
En su primer torneo completo como entrenador, en Estudiantes, salió campeón. ¿Piensa seguir la racha en River?
Estamos trabajando, buscando lo mejor del equipo. Hace poco que estamos y obviamente por ahora lo que tratamos de buscar es jugar bien en equipo. En el fútbol cada partido es un mundo y yo pienso partido a partido. No pienso más allá de eso, ni en lo que pasó ni en lo que va a pasar.
En sus primeros momentos en River recibió ciertas críticas por sus sistemas innovadores y sus cambios de esquemas. ¿Es un revolucionario?
River es diferente y por eso cualquier situación genera debate, críticas, entusiasmo… Obviamente ante la exposición y la responsabilidad que uno tiene, se trata de trabajar de la mejor manera. Pero no, no me considero un revolucionario dentro del fútbol. Considero que busco siempre jugar con los jugadores que estén mejor. Y dentro de ese pensamiento, seguramente iremos cambiando. No me ato a ningún sistema y tampoco a contar siempre con los mismos jugadores porque tengo un plantel muy competitivo, en el que hay diferentes características. Lo que me toca a mí es sacarle lo mejor a cada jugador, y si lo logro, el que saldrá ganando es River, seguro.
Revolucionario no. ¿Obsesivo, sí?
No, para nada. Sólo me gusta el fútbol, me apasiona y por mi trabajo tengo que analizar diferentes situaciones.
Dentro de ese análisis, ¿cómo evalúa el nivel del fútbol argentino a comparación mundial?
Es interesante. Siempre del fútbol argentino salen muy buenos jugadores y es difícil jugar acá. Algunos creen que es un fútbol lento, pero se conduce mucho, entonces quizás por eso se ve diferente al europeo, donde se juega más rápido. Pero allá se juega más rápido desde el pase, no desde la conducción, como sí sucede en Argentina. Evidentemente la pelota va mucho más rápido que el jugador.
¿Hoy el nivel es mayor o menor que cuando usted todavía no había emigrado?
Son distintos momentos. Antes había jugadores que permanecían siete u ocho años en los equipos y hoy no los hay. Hoy se van enseguida y vuelven grandes o cuando no juegan en Europa.
¿Le hace mal eso al fútbol argentino?
Sí, afecta, pero la economía del país hace que esto sea así. No queda más que acostumbrarse.
Uno de esos jugadores que se fue muy joven es Agüero. ¿El 'Kun' era el jugador que necesitaba el Atlético?
Agüero es un crack, con eso sintetizo todo.
¿La salida de Fernando Torres fue menos perjudicial de lo que se pensaba?
Fernando Torres es un gran jugador, pero no hay jugadores indispensables.
¿Ese carácter fuerte que tenía como jugador, le afectó o le afecta en su función de entrenador?
No. Como a todos les sucede, durante la carrera uno ha tenido momentos buenos, muy buenos, regulares y hasta malos, pero no por el carácter. El carácter te va marcando y es sólo eso.
¿Le quedaron cuentas pendientes como futbolista?
Ganar un Mundial.
Hablando de mundiales, ¿cómo ve a la selección argentina a día de hoy?
Muy bien, con un entrenador con mucha mística, que conoce muy bien a los jugadores argentinos y que cuenta con un plantel muy importante.
¿Por qué pasaron tantos años sin ganar algo grande, más allá de la medalla olímpica en Atenas, teniendo Argentina siempre uno de los mejores equipos del mundo?
La respuesta es muy sencilla: porque siempre gana uno solo, no pueden ganar todos. Es así de fácil.
¿No son fracasos?
No. Si me pregunto qué es fracaso, la respuesta que encuentro es que lamentablemente es una palabra muy fácil de decir, pero no muy fácil de explicar. Fracaso es no respetar rivales, no dar el máximo, no esforzarse a pleno, por ejemplo.
Precisamente usted siempre dice que no negocia el esfuerzo. ¿Qué otra premisa tiene como entrenador?
Primero esa: el esfuerzo no lo negocio bajo ningún punto de vista. Después, el orden en la cancha. Siempre les inculco a mis jugadores eso, que jamás pierdan el orden dentro del campo.
