jueves, 31 de enero de 2008

La revancha entre los dientes



"¿Cómo le llaman a esta Copa de Mendoza", preguntó con una sonrisa Simeone sobre el segundo duelo con Boca. "Acá sirve ganar todo", dijo.

Cuando la cosa vaya mejor, esperemos movernos menos...".

Diego Simeone sonríe. No puede ocultar la realidad: está enchufado, motivado, eléctrico, metido. Vive los partidos como si fuera un asistente del árbitro, recorriendo la raya. Y gritando, y dando indicaciones, y preocupándose. Va y viene, enérgico. Lo reconoce: River le genera una tensión de la que disfruta pero que también lo obliga permanentemente. Lo obliga a ganar. ¿Como el pentagonal del verano? "Es amistoso, aunque prefiero ganar. Siempre es mejor ser primero que segundo o tercero", reflexiona el Cholo, consciente de que cualquier victoria motiva, pero que la copita que levantó su River en Mar del Plata es una estrella fugaz, de ésas que se escapan de la vista en un abrir y cerrar de ojos. Y ésa ya se fue.

Hoy, a diez días de su debut oficial por el Clausura ante Gimnasia y Esgrima de Jujuy, Simeone busca formar un equipo consistente y agresivo, ordenado y generoso futbolísticamente, que --como siempre dice-- no negocie el esfuerzo. Siente que está en buen camino, que no falta mucho para lograrlo, que sus jugadores están convencidos de la búsqueda, del estilo, del sistema de trabajo. Y a pesar de eso, todavía tiene un vacío. Una deuda. Una carga.

Tiene a Boca entre colmillo y colmillo. Una revancha entre los dientes. "Sirve ganar todo lo que se juega. A partir del partido que viene, habrá que ganar también. Todo...".

--¿La derrota con Boca la tomás como un paso atrás en este arranque?

--Un partido perdido.

--¿Y querés revancha?

--Fue un partido perdido... (piensa) Ahora tenemos el partido... ¿Cómo le dicen a esta Copa, al partido en Mendoza?

--Copa Revancha.

--Ahí está...

No lo dice. No quiere. Lo evita. Como durante toda la charla con la prensa, como durante toda la pretemporada, el Cholo se cuidó de emitir palabras agresivas para la gente, confusas para sus jugadores, picantes para cualquier rival que pudiera tomarlas como una motivación extra. Preocupado también por lo que expresaran los futbolistas durante las semanas, para Simeone las frases cuentan, forman parte del ejemplo que pretende dar en el vestuario: hay que hablar en la cancha, no afuera.

Pero sabe que en Mendoza tiene la posibilidad de sacarse de encima el fastidio por la derrota en el primer superclásico, tiene la posibilidad de revancha que quiere, que espera. Es un partido. Es una victoria que tape una derrota. Un desquite del 0-2 en Mar del Plata que fue más que una caída en el resultado, fue además la más pobre presentación del equipo en el torneo de verano. "Creo que en general, en los partidos tuvimos más momentos buenos que malos. El segundo tiempo con Boca no fue de lo mejor, tampoco un rato contra Independiente. Pero en general me gustó el equipo", asegura el técnico.

Sobre todo, quedó conforme con la última presentación. "Estoy contento con el juego ante San Lorenzo porque en el primer tiempo, el equipo tuvo una media hora muy buena. Aunque después hubo un desajuste, nos crearon pocas situaciones. Y la segunda parte fue más completa, atacamos casi todo el tiempo y tuvimos la pelota. Ganamos bien".

Ganar, de eso se trata. Como advirtió en su presentación en River ("la gente quiere ganar"), sabe que de las victorias va a vivir, y es consciente de que Boca genera un goce diferente para los hinchas, que acostumbrados en la última etapa a celebrar más que a sufrir, también tienen un súper entre los dientes.

Cholo Simeone

Cholo Simeone

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