lunes, 14 de enero de 2008

Debuto con todas las luces!!



Simeone casi no tocó el banco en su debut: vivió el partido de pie, a mil, protestó, dio indicaciones, festejó el gol de Abelairas con el puño cerrado y lamentó el 1-1.

Más que dirigirlo, lo jugó. Diego Simeone entregó todo, así en la cancha —hace unos añitos— como afuera, ahora como técnico. En otra muestra de que el Cholo no varía según el color de la camiseta que dirige, se lo observó requetesuperultrametido. Aplaudió el quite y la proyección de Nico Domingo, pero no, no gritó el gol de Matías Abelairas, el primero que entrega su ciclo en River. Aunque claro que lo festejó: cerró su puño derecho, lo dejó abajo, pegadito a la cintura, y lo agitó breve pero intensamente.

Intensamente fue, sin duda, su manera de vivir el amistoso. De hecho, no estuvo sentado ni siquiera uno solo de los 90 y pico de minutos que duró el choque frente a Independiente. Camisa negra, pantalón gris bien oscuro, zapatos azabache (fija que no los compró en la avenida Luro). Y a la cancha, justo cuando la organización entregaba un show de fuegos artificiales. Luego, habría otro, un unipersonal...

Al minuto, nomás, ya le había hecho señas a la defensa para que ocupara espacios vacíos que habían quedado sobre la izquierda. "Diego, Diegooo", gritó enseguida, y cuando Buonanotte se dio vuelta, le indicó que encarara por afuera, algo en lo que le cumplió poco. Y al ratito, en el fragor de la lucha (de su lucha, claro), salió del corralito sin darse cuenta cuando Ismael Sosa quedó mano a mano después de un saque desde el arco de Gabbarini. Señaló, acomodó e indicó más que cualquier otra cosa. Incluso, que sus pedidos de infracción ante cada pelota dividida en la que un futbolista de River quedaba en el suelo. Y recién le dio permiso al doctor Luis Seveso para que ingresara a atender a un jugador cuando Musacchio quedó en el suelo, visiblemente lesionado: antes, había hecho esperar al médico hasta que Lizio, Villagra y Abelairas lograron ponerse de pie.

No recibió ningún mimo en particular de parte de los hinchas de River. Apenas unos aplausos tímidos cuando su nombre se escuchó por los parlantes, ya que en ese momento la gente estaba ensimismada, cantando por el equipo. No pareció afectarlo. Tiempo al tiempo. Como el que necesita su equipo para reflejar en la cancha las máximas del técnico. River no jugó con 12, pero ¿vieron cómo el Cholo mató con su muslo derecho ese cambio de frente ancho de Domingo?

Cholo Simeone

Cholo Simeone

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