domingo, 9 de diciembre de 2007

Es cuestión de días, pero Simeone será el nuevo entrenador de River



Entre tanta frustración y desconcierto, entre tanto disconformismo e impaciencia que impera en River, el anuncio intenará calmar la ansiedad y entregarle un poco de claridad al caótico panomara futbolístico e institucional. Es cuestión de días, pero el entrenador que sucederá en Núñez a Daniel Passarella ya tiene nombre y apellido: Diego Simeone, que anteanoche cerró su ciclo como DT de Estudiantes. El contacto oficial aún no se produjo, pero los guiños que se sucedieron en los últimos días permiten afirmarlo.

El día después de la despedida que ensayó el Cholo , tras el éxito del Pincha por 2 a 0 sobre Olimpo, el futuro DT de River estuvo tranquilo y rodeado de sus afectos. Convencido que la decisión fue la correcta, aunque conocedor que durante un largo tiempo cargará con el estigma y la desconfianza por la resolución adoptada. Será observado, y no faltará quien sentenciará que se alejó de Estudiantes porque ya tenía acordada su incorporación a River. Lo sabe, y también le duele. En especial, por el hincha, que le abrió su corazón y lo mimó como si fuera un hombre del riñón de la entidad. "Busqué situaciones, pero por una cosa u otra no se dieron", fue su breve explicación, en la escueta conferencia de prensa en La Plata. Para esos simpatizantes seguramente los motivos esgrimidos no fueron suficientes, y no sería extraño que en los próximos días el personaje en cuestión ofrezca una charla para clarificar, para dar mayores detalles.

"La decisión estaba tomada hace varios días, aunque la ovación que le brindó el público de Estudiantes lo hizo dudar. Porque los jugadores también demostraron estar comprometidos con el proyecto", sostuvo un allegado al Cholo. Pero el principal reparo para cumplir con el contrato -finalizaba en junio de 2008- lo encontró en los dirigentes de Estudiantes, de quienes no percibió el empuje y la confianza para marcar nuevos hitos en la historia del club. La sensación la advirtió tras la reunión del lunes último, en City Bell, donde estuvieron presentes el presidente Eduardo Abadie, el vicepresidente Julio Alegre, Nelson Vivas -ayudante de campo-, y Juan Sebastián Verón, el emblema del equipo. "No demostraron compromiso, y no era una cuestión de los nombres de los refuerzos", agregó la fuente. La pretensión del Cholo era retener a la Brujita y Sebastián Domínguez, y sumar a Ernesto Farías (Porto, de Portugal), Sebastián Abreu (Tigres, de México), Mauricio Romero (Morelia, de México) y Facundo Quiroga (Wolfsburgo, de Alemania).

En el último semestre Simeone forzó varias reuniones con los dirigentes de Estudiantes, ya que su intención era utilizar el actual Apertura como banco de prueba para el gran objetivo de 2008: la Copa Libertadores. La última se concretó cuando todavía Passarella se sostenía como entrenador millonario. Pero las pocas respuestas -en aquel entonces pidió a Juan Carlos Falcón, Juan Manuel Torres, Leandro Grimi, pero al club arribaron Geremías Caggiano, Juan Manuel Salgueiro y Eros Pérez, entre otros- empezaron a molestar al DT y la relación se resquebrajó.

La aparición de River en escena y el mensaje que partió desde Núñez expresándole que lo iban a esperar, ayudó a Simeone a presionar con mayor fuerza e imponer sus pretensiones, situaciones que finalmente provocaron la partida.

"River es una apuesta enorme, pero la vida el Cholo la construyó en base de retos. Es lo que lo motiva. River le encanta, se desviviría por dirigirlo y, además, está convencido de que tiene el mejor plantel. También, por la vidriera que significa tener cuatro competencias anuales: los dos torneos locales, la Copa Libertadores y la Sudamericana", señaló un integrante del círculo íntimo del DT. Y agregó: "Sabe que institucionalmente es un club en conflicto, tendrá que ver dónde están las minas y no pisarlas".

Ayer, en Liniers, mientras River terminaba un año crítico con una nueva caída, por 2 a 0 ante Banfield, cuatro nombres empezaron a circular como posibles refuerzos: Domínguez, Abreu, Javier Pinola (Nuremberg, de Alemania), y Lucas Castromán (América, de México). "Un central que acompañe a Nicolás Sánchez y un goleador serán prioridades", expresó un allegado al ser consultado sobre esos apellidos. Del resto no opinó, pero Simeone fue una especie de padrino futbolístico de Castromán, que fue transferido a Lazio, de Italia, por insistencia del Cholo, y River necesita un defensor por el sector izquierdo para resolver un problema sin solución que se presentó en los últimos campeoantos.

Siempre fue la prioridad para conducir a River en 2008, y aunque los dirigentes manifiesten que mañana un integrante de la comisión directiva viajará a Chile para entrevistarse con Claudio Borghi, tal como se acordó con su representante Fernando Felicevich, o que en los últimos días se hayan encargado de sostener reuniones con Nery Pumpido y su agente Osvaldo Giusti, el Cholo será el sucesor de Daniel Passarella.

"Es una puesta en escena. Anunciar mañana la contratación sería incinerar a Simeone ante la opinión pública", sostuvo un dirigente millonario. Entonces, será cuestión de días.

Cholo Simeone

Cholo Simeone

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