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Qué tan cerca está Diego Simeone de agarrar el fierro caliente llamado River? Muy cerca. Al alcance de la mano. Tanto que entre hoy y mañana se espera una reunión cara a cara del técnico con el presidente José María Aguilar. Más allá de esto, hay una historia que pinta de cuerpo entero la proximidad del Cholo.
Resulta que si hay algo que quiere River es, además de asegurarse a Simeone como sucesor de Passarella, es que su desembarco sea lo más diplomático y transparente posible. Por una cuestión de imagen. Para que no haya más errores estratégicos como el fallido intento con Ramón Díaz. Y, además, para no pelearse con otros clubes.
Mientras todo el mundo sabe que el elegido es Simeone, los dirigentes quieren hacerlo aparecer como uno más de la lista. Entonces, así como ya hablaron con allegados a Nery Pumpido, ahora buscan hacer lo mismo con Claudio Borghi.
Y aquí está la historia que habla de la cercanía de Simeone. Los popes del club quieren enviar uno o dos dirigentes a Chile para hacer las tratativas oficiales con el Bichi. El problema es que no encuentran candidatos ya que los demás directivos no quieren ir porque saben que es en vano: la determinación de que sea Simeone ya está tomada y el viaje será de gusto.
¿Por qué River arma este escenario si las cosas están bastante claras y definidas? Una, para que la elección de Simeone aparezca más elaborada y no como que ya estaba establecida incluso desde antes de la ida del Cholo de Estudiantes. Otra, para que el propio Simeone, al ver que también se habla con otros entrenadores, no se exceda con su contrato ni con los pedidos de refuerzos.
Lo cierto es que la idea de Aguilar y del secretario Mario Israel es verse frente a frente con Simeone entre hoy y mañana. Si bien el plantel está licenciado hasta el 3 de enero y hay tiempo para elegir el DT, en River quieren tenerlo definido esta semana. Simeone ya se fue de Estudiantes y ahora sólo resta terminar de ponerse de acuerdo. Así quedará en la historia como una tratativa bastante prolija y como que River no se lo robó a Estudiantes.
Igual, con Ariel Ortega diciendo que los chicos del club "no tienen hambre de jugar en River", Simeone sabe que tendrá que ponerse mucho más que el cuchillo entre los dientes para reconstruir un plantel anímica y futbolísticamente destrozado.
