martes, 22 de mayo de 2007

¿No harías igual que el Cholo?



Vos, sí, vos. Decí la verdad, ¿no te gustaría ser el Cholo? Aunque sea un ratito, ¿no te gustaría? ¿No harías esos cambios? ¿No actuarías siempre así? ¿No se te erizó la piel cuando viste esos cuatro delanteros en el Monumental (más Verón, Sosa y Benítez), en esa cancha en la que otros técnicos, durante esta década sin triunfos, escondieron al equipo? Claro que te gustaría. Por eso lo aplaudís. ¿Y cómo no aplaudirlo? Si hace lo que cualquier hincha quisiera hacer. No sólo el domingo: siempre. Por eso te identificás tanto con él. Porque te infla el pecho, porque te contagia, porque se la juega, porque no se cruza de brazos, porque combate ese maldito prejuicio de que Estudiantes disfruta sólo de la marca y el sacrificio, porque te cansaste de ver cómo Merlo dilapidó la posibilidad de ganar un título por no arriesgar, porque transmite esa convicción de querer ganar y entregar todo, porque te enseñó a tener fe. Es cierto que tiene jugadores-leones que interpretan a la perfección ese mensaje. Y que son ellos, Verón, Pavone, Calderón, Alayes, Braña, todos, los que van hasta el final, los que no se rinden, los que huelen gol hasta en la última pelota. Por eso, en la medida que esto se repita, lo vas a aplaudir. A él. Y a ellos...

Cholo Simeone

Cholo Simeone

.

.

.

.

.

.