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Tiene alma de docente, intenta educar futbolísticamente a sus jugadores y muchas veces transforma el campo de juego en un aula. Pero Diego Simeone sigue yendo al colegio. A un colegio muy particular, que queda a apenas unos metros del vestuario en el que él se encontraría con los jugadores unos minutos más tarde: el Instituto River Plate. ¿El Cholo tiene pendiente alguna materia del secundario? No es eso: el DT estuvo en un ámbito diferente al que lo cobija habitualmente en el Monumental porque sus tres hijos, Giovanni, Gianluca y Giuliano, empezaron las clases. Su semana es distinta y no sólo por eso: River quedó a nueve minutos de llegar por primera vez a la punta del torneo y el domingo tiene que volver a La Plata, todo un examen para el entrenador después de su controvertida salida del equipo de Verón. Para prepararse es que eligió tomarse una horas más para estudiar la situación. A la conferencia del domingo pudo evitarla, aunque sabe que mañana, en su atención semanal a los medios, deberá contestar la catarata de preguntas sobre el tema que más lo inquieta por estos días. Estudiantes, oh casualidad.
