domingo, 8 de junio de 2008

Diario Marca dice: Como entrenador, Simeone sigue siendo un ganador



Cada vez que entraba en un campo de juego, Diego Pablo Simeone (Buenos Aires, 1970) lo hacía "con el cuchillo entre los dientes". Así se definió alguna vez antes de jugar con la selección argentina un clásico sudamericano contra Uruguay. El tiempo pasó para él, y hace dos años colgó las botas y se puso el traje de entrenador. Ahora, del otro lado del campo de juego, Simeone no traiciona aquella máxima. Y no sólo eso: ganador como jugador, el Cholo también impone su estampa triunfadora como técnico. Porque en dos años con esta nueva profesión, el recordado centrocampista argentino ya cosechó dos títulos en el fútbol de su país. En 2006, con Estudiantes de La Plata. Y ahora, en su primer torneo como DT de River, acaba de consagrarse en el torneo Clausura.

En su carrera, el Cholo siempre dio muestras de no temerle a la adversidad. Al contrario: cada vez que se le ponía por delante un desafío lo encaraba con mayor fortaleza. Lo demostró en aquella campaña 1995/96, en la que contribuyó mucho para que el Atlético consiguiera el título. En 2006, ya en el final de su carrera, cuando era jugador de Racing (el club del que es hincha) debió dejar la actividad para hacerse cargo como entrenador: el equipo corría riesgo de descenso, despidieron al técnico y el Cholo aceptó la difícil tarea. Lo consiguió, pero al final de ese torneo los mismos dirigentes que le habían lanzado el desafío lo despidieron.

En dos años, dos títulos
Simeone no se asustó. Rápidamente consiguió otro desafío: Estudiantes, con su amigo Sebastián Verón como jugador. En su primer torneo con el club platense, conquistó el torneo Apertura 2006. En aquel campeón se vieron algunas características de lo que pretende para sus equipos: jugadores batalladores (como era él), despliegue, buen toque y verticalidad. Sin embargo, ese equipo no logró repetir la conquista ni pudo desarrollar su juego en la Copa Libertadores. Pronto le llegarían nuevos desafíos: a comienzos de este año asumió como entrenador de River.

No era una tarea sencilla. El equipo 'millonario' hacía cuatro temporadas que no ganaba un título y el público perdía la paciencia con rapidez, con los jugadores y con los entrenadores. Simeone no tuvo miedo, como nunca lo tuvo en su carrera como futbolista. El comienzo no fue bueno; el equipo no convencía. Para colmo, la crisis se desató cuando River quedó eliminado inesperadamente de la Libertadores con San Lorenzo. Parecía que la afición riverplatense se venía encima de los jugadores... y de Simeone. Allí surgió la fuerte personalidad del Cholo. Cogió las riendas más fuerte, impuso sus condiciones a la plantilla y se prometió que ganarían el Clausura. Lo consiguió, una jornada antes del final del campeonato. En un torneo que, ironías del destino, debió pelear con Estudiantes, su equipo hasta finales de 2007.

¿Un futuro de selección?
Por principios, Simeone no se conformará con esto. Los títulos lo alegran, pero siempre quiere más. Porque los desafíos son los que lo mantienen despierto, alerta. Los retos son el alimento de su espíritu. Y porque en la intimidad sueña con dirigir alguna vez a la selección de su país. No son pocos en Argentina los que quieren verlo en el banquillo dándoles órdenes a Messi, Agüero y Cía. Con este paso, lo más probable es que el Cholo tenga su oportunidad de ser el seleccionador de Argentina después del Mundial de Sudáfrica 2010. Tendrá 40 años, una buena experiencia y el hambre de siempre. Si lo logra, nadie duda de que su equipo jugará "con el cuchillo entre los dientes".

Cholo Simeone

Cholo Simeone

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