Se viene el último superclásico del verano y el temor a una nueva derrota frente Boca hizo que el entrenador de River cambiara su librito y la idea que tenía en un principio en cuanto a la formación defensiva
Por eso, Diego Simeone tiró por la borda las ideas "modernas", como las denominan algunos, de la defensa con tres jugadores para pasar a una tradicional línea de cuatro. Es que en su fallido debut ante Boca, el entrenador optó por un esquema comprendido por tres defensores, seis volantes y un delantero (en términos tácticos y futbolísticos: el 3-3-3-1).
La derrota del sábado pasado, le cambio los planes al DT que no quiere que se repita la historia. Por eso, para enfrentar mañana a Boca, repetiría el esquema que utilizó el miércoles en el triunfo ante San Lorenzo.
¿Cómo será entonces el planteo para evitar los embates de Palermo, Palacio y compañía? Paulo Ferrari será el marcador de punta derecho, Cabral y Tuzzio los centrales y Villagra el lateral izquierdo. Con este dibujo táctico, River dejará de lado el líbero y los stoppers, la idea que tenía Simeone en un principio para su ciclo en el Millonario.
Pero no sólo la parte defensiva inquieta al entrenador. La otra gran preocupación son las jugadas de pelota parada en defensa (por donde vinieron los dos goles de Boca). Por eso, en la última práctica sometió a sus dirigidos a varios ejercicios para contrarrestar esa falencia.
En el mediocampo, jugará con un doble cinco, compuesto por Oscar Ahumada, reemplazaría a Leonardo Ponzio, y Augusto Fernández. En tanto, Ariel Ortega y Alexis Sánchez serán generadores de juego de la mitad de la cancha hacia adelante, mientras que el colombiano Radamel Falcao será el enganche.
Arriba, será el uruguayo Sebastián Abreu el único delantero, que según Simeone debará no sólo estar atento para la definición, sino también para ser utilizado como pivote para que los volantes ofensivos culminen las jugadas apareciendo por sorpresa desde atrás.
De esta forma, River buscará borrar el mal trago del 0-2 en contra del sábado pasado. Habrá que ver si el pizarrón, prioridad en el estilo de trabajo del DT, lo ayuda a él y a sus jugadores.
